Estas son las últimas galletas que me quedaban y que guardé en un tarro de cristal. Se conservaron muy bien de esta manera y además almacenadas así adornan cualquier rincón de la cocina.
Como veis he seguido practicando el delineado. Conseguir la consistencia ideal de la glasa para delinear es fundamental para poder trabajar con fluidez, sin prisa pero sin pausa. Tiene que fluir como un hilo colgante desde la boquilla hasta la galleta, me estoy enamorando de la técnica.
He estado trabajando con varias glasas y además de la glasa que hice yo misma en casa con claras pasteurizadas, cremor tártaro, extracto o aroma y azúcar glacé, excelente receta de El Rincón de Bea, y la glasa que me facilitó Vicky de SucreArt -estupenda por cierto- de su curso de galletas decoradas al que lamentablemente no puede asistir, he probado el Royal Icing de Squires Kitchen, de venta en My Lovely Food, un preparado profesional. Este glacé real de alta calidad está hecho de azúcar de caña tríplemente refinada y puro albumen, consiguiendo resultados excepcionales y me ha encantado, es muy cómodo porque solo hay que añadirle agua.
Ahora habrá que hornear unas cuantas tandas mas de galletas para seguir practicando.